A dos años de haber emocionado a muchos en todo el mundo con las enormes batallas de “Titanes del Pacífico” (“Pacific Rim”), Guillermo del Toro regresa una vez más a los fantasmas que tanto le fascinan para regalarnos su propia versión de un romance gótico, en el que la pasión, las intrigas, las traiciones, el amor y el desamor se hacen presentes de diversas formas.
En medio de apariciones de fantasmas, que terminan funcionando como guías del personaje principal, el director toma a una joven aspirante a escritora que vive en un bien ambientado siglo XIX para convertirla en una improbable heroína que debe superar diferentes adversidades en su vida desde que apenas era una niña.
Nuestra protagonista, Edith Cushing (Mia Wasikowska), conoce al elegante Sir Thomas Sharpe (Tom Hiddleston), quien la conquista. La lleva a vivir con él y con su misteriosa hermana (Jessica Chastain) a la antigua mansión de su familia, un lugar en el que han pasado muchas cosas y que guarda terribles secretos que no deberían ser descubiertos.
Aunque algunos han vendido esta película como una producción de terror, ésta en realidad no lo es y se desarrolla de una forma interesante para mantenerte atento a lo que pasa en su trama e interesado en cuál será su conclusión. Lo que sí es cierto es que al principio avanza de manera lenta, pero en cuanto encuentra su ritmo, éste no para hasta llegar a un cierre que no deja ningún cabo suelto.
“La Cumbre Escarlata” es una propuesta fresca y original, no es perfecta, pero engloba mucha de la esencia de su director y, por ende, vale la pena verla. Guillermo del Toro consigue una película que es perversamente hermosa y visualmente mágica, dejando claro que sólo él podía contar un argumento con semejante propuesta y de esta forma.
También escrita por Del Toro y Matthew Robbins, “La Cumbre Escarlata” fue la cinta inaugural del 13 Festival Internacional de Cine de Morelia.
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