Las fantasías benefician las relaciones sexuales en pareja debido a que alimentan el deseo mutuo, ya que cuando se llevan a cabo éstas, usualmente se juega a ser "otra persona" o a representar un rol al que no se está acostumbrado. Lo anterior, ayuda a romper la rutina y fomenta el deseo sexual con la persona que se ama.
Lejos estamos de la época en que se creía que las mujeres no tenían fantasías sexuales debido al simple hecho de ser mujeres, sin embargo, no hace mucho, las fantasías femeninas comenzaron a ser tratadas abiertamente hasta en los medios de comunicación convirtiéndose en parte importante de la generación de deseo y excitación. Así mismo, éstas tienen la capacidad de convertir un encuentro sexual simple en una experiencia muy especial.
Sin embargo, con base en la experiencia, los sexólogos han encontrado confusión en los términos que pudieran definir a la fantasía sexual y al deseo. Según estos, la gente tiende a confundir fácilmente la primera con la segunda y pierden la noción respecto a que el deseo se refiere a la ganas de hacer algo, mientras que la fantasía permanece en el terreno de la mente, produce emoción y excita. Cuando se lleva a cabo la acción, ésta deja de ser una fantasía y se convierte en un “recuerdo erótico”. Muchas mujeres, se asustan o escandalizan de sus fantasías por considerarlas impropias y entonces tienden a reprimirlas.
De acuerdo a una encuesta llevada a cabo en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, a 10 mil mujeres entre 21 y 65 años, se determinaron datos muy interesantes respecto a este tema que hasta hace no mucho había sido por completo, un tabú. Así pues, el estudio arrojó información sobresaliente respecto a las fantasías sexuales más comunes en las mujeres. A continuación, los datos:
- Sexo en la Playa: el 70% de las encuestadas afirmaron tener esta fantasía.
- Sexo en un elevador: el 18% de las encuestadas afirmaron tener esta fantasía.
- Sexo en el Bosque: el 7% de las encuestadas afirmaron tener esta fantasía.
- Sexo en una alberca: el 3% de las encuestadas afirmaron tener esta fantasía.
- Sexo en la nieve: el 1% de las encuestadas afirmaron tener esta fantasía.
- Sexo en un balcón: el 1% de las encuestadas afirmaron tener esta fantasía.
Asimismo, además de esclarecer puntualmente su entelequia, las mujeres encuestadas aportaron otro dato no menos interesante: “Con quién realizarían esa fantasía”.
De esta forma, el 40% dijo querer cumplir su fantasía con la persona amada, el 35% con otra mujer, otro 10% con más de un hombre, un 7% con algún famoso o personaje de la farándula, el 5% dijo querer cumplirla con un hombre de color y un 3% afirmó querer lograrlo en grupo, integrado este por hombres y mujeres.
De acuerdo a los resultados, en lo relativo al contenido de estas fantasías, el factor exhibicionista es el más predominante, es decir, ser observada por alguien mientras se tienen relaciones sexuales. De la misma forma, también se hacen presentes aspectos sadomasoquistas, como una situación de sumisión o ser obligada a tener relaciones sexuales, pero también están las fantasías puramente románticas, idílicas.
Si bien siempre se pensó que las fantasías masculinas y femeninas diferían mucho entre sí, los estudios develaron que existen más coincidencias que diferencias entre las mismas. Las fantasías de los hombres tienden a tener más elementos fetichistas que las femeninas, elementos como determinado tipo de medias, personajes y oficios (aquí entran los disfraces de enfermera, mucama, maestra, secretaria, guerrillera, pirata, capitana, azafata, etc.), lencería, uñas, cigarrillos, y varios más. En las relaciones duraderas, las fantasías son la llave de todas las parejas que gozan de una sexualidad plena que se mantiene con el transcurso de los años de convivencia.
Las fantasías son una manera de proponer la sexualidad cómo un juego y no como un fin en sí mismo, además que ayudan a mantener la espontaneidad en cada encuentro sexual, facilita la expresión corporal y fortalece la complicidad entre los miembros nutriendo la intimidad en un nivel más profundo.
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